Las plagas de aves son responsables de problemas ambientales, sanitarios y por tanto económicos sobre todo ocasionados a la agricultura, transmisión de enfermedades a hombres y animales, erosionan y degradan el mobiliario urbano, etc..


En el control de aves hay que tener en cuenta que las medidas a tomar no superen nunca el coste del daño ocasionado y que el impacto en el ecosistema sea el mínimo posible, por lo que es imprescindible disponer de un programa de control previo.

Existen varios métodos entre los que se encuentran la disuasión, la eliminación o sistemas mixtos que combinan ambos.

 

Métodos disuasorios

Su objetivo es cambiar la tendencia de las aves a posarse en determinadas zonas como hábito, suponiendo el desplazamiento de estas aves a otro lugar.


Ahuyentadores acústicos, redes, pequeñas descargas eléctricas o pinchos y alambres son algunos de los métodos para cambiar los hábitos de ocupación de las aves.